Convivencia y redes sociales

Vivimos en una sociedad dependiente de las redes sociales, y por tanto de la tecnología, eso es algo que queda patente en base al recorrido de la humanidad desde hace varios años. La creciente salida al mercado de aplicaciones, programas de televisión e incluso personas que se dedican plenamente a ello (cosa que hace algunos años parecería imposible) debería de hacernos reflexionar acerca de si realizamos un correcto uso de estas herramientas o por el contrario, tendemos al abuso y uso descontrolado de las mismas. 

Esta es una cuestión que me ha hecho reflexionar últimamente debido a que como muchas otras personas, convivimos con adolescentes y son ellos, los llamados "millennials" a los que deberíamos enfocar nuestra atención. En base a un reciente curso al que he asistido: Sexualidad, convivencia y redes sociales, impartido por profesionales expertas en la materia, hay algunos aspectos que han quedado claros pero hay otros que también han generado cierta inquietud. El hecho de utilizar las redes sociales para relacionarse es algo que podríamos asumir como inherente al ser humano, por el mero hecho de que lo emocional es lo que nos mueve, pero es lo relacional lo que nos construye, y ahí es donde entran a formar parte estos mecanismos. Tanto los adultos como los adolescentes, siendo estos últimos el público mayoritario, son los consumidores que deberían de ser conscientes de la repercusión que conlleva exponer tu vida, porque y como nos han explicado, por muchas tácticas que utilices para privatizar ese uso, al fin y al cabo esto no es mas que una mera exposición buscando la aprobación de los demás. En relación a esto último, y en el caso de los adolescentes, es algo que podría resultar preocupante, ya que en esta etapa es cuando ocurre la formación del Yo, y que parece que ahora tiene que estar unido a una continua necesidad de aprobación externa y con ello también se podría crear una dependencia (y que últimamente hemos visto casos en los medios de comunicación).

La pregunta que deberíamos de hacernos llegados a este punto sería: ¿Cómo abordar esta problemática en cuanto al uso de las redes sociales por parte de los adolescentes? y también podríamos llegar a preguntarnos: ¿Es cuestión de los padres y los profesionales que trabajan con ellos el enfocar la educación hacia un mayor conocimiento de estos temas?

Bajo mi punto de vista y basándome en una propuesta de intervención que os recomiendo a continuación, el foco del problema está en la educación,  que por parte de los progenitores y los profesionales que en el futuro trabajaremos con este colectivo deberíamos de tener muy en cuenta. También el hecho de la empatía, de ponernos en el lugar de estos jóvenes que aún están formándose y pueden recurrir a medios que por una parte pueden ayudares, pero también pueden ser un arma de doble filo que ellos quizás no son capaces de gestionar. La forma de abordar este aspecto sería y como he dicho, bajo las pautas de una educación no prohibitiva, ni restrictiva, sino enfocada hacia una bidireccionalidad donde ambas partes lleguemos a un punto en común donde los adultos entiendan la situación y los medios de comunicación utilizados hoy en día, pero también los más jóvenes comprendan las ventajas y las consecuencias de esta utilización. 

La anterior imagen forma parte del curso que os he mencionado con anterioridad, y que impartieron dos profesionales que componen SoiSex, el servicio de orientación e información sexual para jóvenes de la ciudad de Gijón. En dicha imagen aparece la propuesta de intervención elaborada por Soraya Calvo González, profesora de la Universidad de Oviedo e investigadora, que nos aporta su visión  en base a un laborioso estudio que ha realizado acerca del abordaje de las cuestiones que os he comentado desde los puntos de vista de los jóvenes, las familias y el profesorado. También aparecen dos folletos en los que se establecen unas pautas para una correcta autogestión de las redes sociales, además de esclarecer conceptos clave como la orientación sexual, identidad sexual, sexualidad, erótica y sexismos, que también están presentes en éste ámbito tan complejo como las redes sociales.